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¿Qué hacer ante una devaluación?


Estar bien informado y moverse con rapidez ayuda a capitalizar las oportunidades que pueden presentarse en los procesos de depreciación de una moneda.


En principio, conviene distinguir fases: antes, durante, y después de producidas las devaluaciones. En nuestra opinión, si bien la devaluación en Venezuela no es aún oficial, consideramos que estamos viviendo en medio de ella, luego, hablar del antes, tiene poco sentido, sin embargo, es bueno hacer una clara descripción de dicho período para presentar el fenómeno con mayor claridad. Antes de la devaluación: Este período es de duración variable. Usted debe estar prevenido, tener dinero colocado en divisas o monedas duras (dólares, euros, libras, francos suizos o yenes). Si las tasas de interés están por debajo de lo que se estima será la devaluación, entonces es bueno pedir algo prestado para adquirir divisas. Si es posible, la persona debe mantenerse con mucha liquidez, con la mayor parte de sus activos cubiertos, "desmonetizados" (convertidos en bienes o activos distintos a la moneda corriente del país), y fuera de la jurisdicción del país que va a devaluar su moneda o de su área de influencia. No se debe tener dinero en otro país que dependa del país que devaluará. (Ejemplo: Argentina y Uruguay al principio del Siglo XXI) Durante la devaluación: Suele ser muy rápido: la devaluación puede oficializarse de un día para el otro. En algunos casos es un proceso que súbitamente se acelera y luego tiende a nivelarse. Lo recomendable es moverse muy rápido: justo en el momento de la crisis hay muchas posibilidades de arbitraje. ¿Por qué? Porque siempre hay gente mal informada, o necesitada. Por ejemplo, en una macro devaluación puede ser muy atractivo comprar boletas de empeño. Ellas siempre están asociadas a un bien que se cotiza en divisas: oro o algún otro objeto de valor: relojes, brillantes, etc. Ese bien no va a cambiar o bajar en su valor real, pero se cotizó antes de la devaluación en la moneda del país, y su redención o liberación se va a hacer en esa misma moneda, sólo que ya devaluada. Implica que el objeto de valor puede rescatarse con mucho menos dinero, a una fracción de su nuevo precio nominal. La persona que empeñó el bien generalmente está muy necesitada y/o no está bien informada, de manera que la oportunidad está en adquirir boletas de empeño de bienes durables cuyos precios no han sido aún ajustados, pero que se van a ajustar pronto, y mucho. Pero el rescate de objetos empeñados es sólo un ejemplo. Más ejemplos: mercancías de saldo; remates de tiendas; bienes durables como equipos de sonido, cocinas, neveras, televisores, equipos de video. Tal vez carros usados. Este tipo de bienes pueden ser comprados con fines de arbitraje de precios a muy corto plazo; es decir, para ser revendidos de inmediato. En pleno acontecimiento devaluacionista, el manejo de la información es muy importante, y el estar pendiente de los cambios. Es bueno salir a la calle a buscar y descubrir comercios o empresas que se retrasan y no estén muy al tanto de los cambios. A veces es posible adelantarse y detectar mayoristas y comerciantes cortos de efectivo, y aprovecharse. Por lo tanto, moverse con toda la rapidez posible, estar sumamente informado y buscar participantes en la economía que se encuentran parcialmente o poco informados, es de vital importancia durante una devaluación. Después de la devaluación: Una devaluación es el reconocimiento oficial del nuevo precio de una divisa. Lo que hay que observar en primer lugar es lo siguiente: ¿el Gobierno y la prensa reconocen oficialmente la magnitud total de la devaluación que se ha producido, o pretenden insistir en que el daño es menor? La respuesta a esta pregunta nos dirá si el nuevo tipo de cambio es realista, o si el valor de cambio de la moneda va a seguir en parte sobreestimado por la opinión prevaleciente. En este segundo caso, no le quepa duda de que otro nuevo reajuste sobrevendrá tarde o temprano, hasta ponerse el tipo de cambio -de la divisa fuerte- en línea con la velocidad impuesta a la máquina de imprimir billetes nacionales. Y lo que hay que observar en segundo lugar, es que algunos bienes no se ajustan a la misma velocidad que otros, aunque en el mediano plazo en principio van a tender a ajustarse con el resto de la economía. Un buen ejemplo son los bienes inmuebles; no todos se comportan igual. Los ubicados en las urbanizaciones de clase media alta o alta se ajustan muy rápidamente, pero aquellos localizados en zonas clase media baja o popular lo hacen con más lentitud, porque sus residentes viven de un salario, y con él compran, y miden el valor de las cosas. Y el salario siempre se ajusta con más retardo. Entonces, si estalla una de esas crisis y Ud. no logró capitalizar, o si capitalizó y tiene dinero disponible con posterioridad a la crisis, lo más conveniente es adquirir inmuebles o bienes raíces ubicados en zonas de clase media o media-baja. Esos bienes van a ajustarse con un retardo relativamente mayor que el resto, porque no hay una demanda tan fuerte por ellos; sin embargo, a la larga, deberían subir de precio, tanto por el aumento en los costos de reposición, como por el posible aumento nominal de los salarios decretado por presiones políticas. Quien sabe moverse racionalmente, con información y habilidad suficientes, y prontitud, puede capitalizar ganancias durante una devaluación, o al menos, no perder lo que tiene. Todo depende de su decisión de tomar o no riesgos. Al contrario, para la mayoría de las personas, las crisis económicas significan depauperación masiva. ¿Qué puede ser una señal, una "luz amarilla" informativa, precedente a una devaluación? El exceso en la emisión de circulante monetario; la fuga de divisas; el déficit crónico del sector público; y el déficit en la balanza de pagos de un país, lo que equivale a más importaciones que exportaciones. Esto implica que los saldos exportables no generan las divisas suficientes para pagar los bienes importados. Todos estos elementos pueden ser factores previos a una devaluación, cuando se dan fuera de los niveles o proporciones normales; sobre todo si coexisten varios de ellos, en la medida en que pueden ser compatibles o coexistentes. Entonces, hay que tomar previsiones, porque puede venir una situación de macro devaluación.

Fuente: El mundo Economía & Negocios

 
 
 

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